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Tenemos Que Hablar De Meghan y Harry

Actualizado: 23 mar 2020


La pareja del momento está claramente necesitada de asesoría en propiedad intelectual y no podemos evitar lanzarnos a ello. En concreto, parece que no han sido demasiado estratégicos planeando la cartera de marcas "Sussex Royal" con la que pretendían desarrollar sus actividades comerciales. Esta marca parece a día de hoy que tendrá que ser abandonada y cambiada por otra. Resumimos lo que ha pasado y extraeremos algunas enseñanzas prácticas.


El Príncipe Harry y su esposa Meghan Markle anunciaron unilateralmente que renunciaban a ser miembros a tiempo completo de la familia real británica. Una de las muchas consecuencias de tal decisión es que ahora podrán trabajar en la empresa privada. Y una de las primeras cosas que cualquier plebeyo necesita en el tráfico económico es es una marca registrada.


En junio de 2019, la pareja solicitó a través de su fundación para el Reino Unido la marca denominativa "Sussex Royal" (en referencia al Ducado de Sussex, otorgado a ambos por la Reina) en las clases 16, 25, 35, 36, 41, 45. Estos Las clases cubren todo tipo de productos: desde ropa, cuadernos, hasta servicios de recaudación de fondos. Esto no significa necesariamente que desearan usar esta marca en dichos productos, sino evitar que otros lo hagan (sería un registro defensivo). Esta primera solicitud les da un periodo de seis meses de prioridad para solicitarlo en otros países, pero en el momento en el que la noticia saltó a la prensa, no constaba que hubieran solicitado la marca en ningún otro territorio.


Las marcas registradas son estrictamente territoriales y funcionan en la mayoría de los países por orden de llegada (first come first served), lo que abre la puerta a múltiples registros de mala fe. No es sorprendente pues que ya haya solicitudes para "Sussex Royal" en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), en los Estados Unidos y en Canadá, todas hechas por personas no relacionadas con la pareja.


Hay dos ángulos de la historia que son de interés desde el punto de vista de la propiedad intelectual. Primero, este es un clásico problema de falta de estrategia en la planificación de su cartera de marcas. Solicitar una marca es relativamente barato y fácil, mientras que tratar de cancelar la de otra entidad es caro y difícil. Entonces, si bien es probable que Harry y Meghan podrían reclamar con éxito todas estas solicitudes de marca registradas de mala fe, deberán involucrar a abogados en acciones largas y potencialmente caras. Nuestro consejo para nuestros clientes es hacer siempre registros de marcas lo antes posible y en todos los países donde es probable que se opere en el futuro. Es una de las acciones más simples y baratas que se puede hacer una empresa por su expansión internacional.

El logo de los duques de Sussex

Pero hay otra cuestión importante: ¿podrán usar el término "royal" (real)? La ley de marcas usualmente prohíbe que los símbolos oficiales, como banderas o escudos de armas, se registren como marcas. Esta disposición está incluida en el Convenio de París, por lo que existe en casi todo el mundo.


La Ley de Marcas del Reino Unido, en particular, establece que "una marca que consiste o contiene: (...) palabras, letras o dispositivos que pueden inducir a las personas a pensar que el solicitante tiene o recientemente ha tenido patrocinio o autorización real (. ..) no se registrará a menos que al registrador le parezca que Su Majestad ha dado su consentimiento ". Esto incluiría la palabra "royal" que se encuentra en "Sussex Royal". Si bien no parecen haber solicitado su logotipo como marca figurativa, si lo hacen, posiblemente también requerirían el permiso de la Reina debido a la inclusión de una corona real en el mismo. En efecto, la Reina ha confirmado que no autoriza que se usen los símbolos de la monarquía para su nueva aventura privada, por lo que esta marca ha tenido que ser abandonada. La nueva que soliciten no tendrá el término "royal" y seguramente tampoco una corona.


La conclusión final es que un plan de ruptura unilateral es problemático también desde la perspectiva marcaria - especialmente si usar la imagen de la Casa Real para sus actividades era parte de su proyecto. Para el resto de mortales, esta historia nos enseña dos lecciones fundamentales: antes de solicitar una marca (1) es preciso desarrollar el plan de expansión internacional y (2) hay que llegar a un consenso entre todos los departamentos interesados (marketing, legal, exportación) sobre la marca deseada antes de lanzarse a los registros.

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2020 (c) Esquivel & Martin Santos Propiedad Intelectual e Industrial


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