Turquía es el último país en sumarse a la tendencia del empaquetado genérico para los productos del tabaco, siguiendo la estela de Francia, Reino Unido, Noruega, Irlanda y Australia. El objetivo de esta regulación es la de hacer los productos del tabaco menos atractivos y reducir su consumo, especialmente entre los jóvenes. El nuevo marco exigirá a los fabricantes de cigarrillos que usen un paquete único, genérico y sin logos ni imágenes que promocionen el producto. Además, cada paquete estará cubierto en un 85% con mensajes sanitarios con fotos.
El empaquetado genérico ha sido una preocupación para las compañías tabacaleras desde que surgiera por primera vez en Australia en 2011, puesto que es difícil para ellas operar en el mercado y promocionar sus productos sin poder usar sus marcas libremente.
El gobierno de Australia se encontró en su momento con la oposición en tribunales de Philip Morris (dueños, entre otros, de Marlboro) y luego de los gobiernos de los paises productores como Honduras, Cuba, Indonesia y la República Dominicana, que presentaron quejas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El argumento jurídico fundamental contra el empaquetado genérico es que el derecho a la propiedad es un derecho humano fundamental y eso exige la protección de la misma, sea física o intelectual. Por lo tanto, el empaquetado genérico sería una violación del derecho a poseer y usar una marca. Además, se puede considerar que la imposición del empaquetado genérico es un obstáculo al libre comercio. Estos dos argumentos han sido descartados tanto por tribunales como por la OMC.
A pesar de que la efectividad de esta medida aun no ha sido completamente demostrada, es previsible que este tipo de empaquetado se acabe extendiendo a muchos otros países, y que consideraciones de salud pública se impongan sobre los derechos de las emprsas a usar sus marcas.
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